La Navidad es la ocasión perfecta para reunirse con amigos y familiares. Este año, después de dos años en los que no hemos podido vivirla del todo, podremos recuperar su esencia: un día en el que todos nos encontramos sentados alrededor de la mesa contando historias, cantando villancicos, obsequiando regalos y creando nuevos recuerdos. Es una fiesta tan especial que cada lugar tiene sus propias tradiciones respecto a la comida y hoy te las queremos contar.

Empezamos con la estrella de la Navidad: el turrón. Este producto ya existía en la época griega, ya que se preparaba una pasta con frutos secos y miel, que les servía a los deportistas como producto energético. Sin embargo, existen diferentes versiones sobre el origen del turrón. Unas afirman que el turrón surgió después de un concurso propuesto por los árabes que pretendía encontrar un alimento nutritivo que se conservara en buenas condiciones durante bastante tiempo y que fuera transportado fácilmente por sus ejércitos.

Otros afirman que el turrón surgió gracias a la elaboración de un artesano de Barcelona, ​​de apellido Turró, que preparó un alimento hecho con distintas materias primas convirtiéndose en un recurso indispensable en épocas de escasez y hambre. Recientemente, se han constatado datos históricos que aseguran que el turrón ya existía en la actual Jijona en el siglo XVI siendo los árabes quienes introdujeron este dulce. Su origen es incierto, pero lo que sí podemos garantizar es que los turrones de Turris, no te fallarán nunca.

Si quieres conocer el origen del Panettone, el dulce navideño típico de Italia, te recomendamos que leas nuestro artículo “¡Todo sobre el origen del panettone!”.

Y ahora, volvemos a España para hablar de los polvorones. Estos pequeños dulces provienen de la zona de Estepa, donde era habitual utilizar manteca de cerdo en repostería gracias a la abundancia de encinas en los bosques, hábitat en el que se criaba este animal. Fue en el siglo XIX cuando Filomena Micaela Ruiz, conocida como “La Colchona”, decidió vender sus mantecados en las diferentes poblaciones por las que su marido trabajaba como transportista. Para ello, la mujer se dedicó a elaborar una mantequilla que se secara al final de la elaboración con el fin de que ésta se conservara en mejor estado y llegara fresca a su destino con la característica textura de los polvorones actuales. Así, su producto llegó a conseguir una gran clientela en las distintas poblaciones andaluzas.

Sí, hay tantas formas de celebrar la Navidad como historias de los productos en el mundo, pero todas ellas tienen algo en común: la unión de las personas. Este año, volveremos a abrazarnos y a convivir unos con otros como lo solíamos hacer antes y disfrutaremos de los dulces de Turris, como la trenza de Navidad, el arbolito, los turrones, los polvorones, el pan de Navidad, el famoso Panettone y el Roscón de Reyes.

Juntos en la mesa. Familia, amigos & Turris.