Todos hemos oído hablar, en alguna ocasión, de la fibra y de sus beneficios para regular nuestro tránsito intestinal, pero, ¿qué es realmente la fibra? La fibra es un nutriente que las personas no somos capaces de digerir, aún así, es una gran aliada para nuestra salud.  “Si no la podemos digerir, ¿por qué es tan importante que comemos alimentos ricos en fibra?”, te preguntarás… Si quieres saber más, ¡no dejes de leer!

 

Alimentos ricos en fibra

La fibra se encuentra de manera natural en alimentos de origen vegetal fundamentalmente, como los cereales integrales, las semillas, las hortalizas, las verduras y las frutas. Por lo tanto, podríamos decir que hay un gran número de alimentos que la contienen.
Se recomienda una ingesta de fibra alimentaria de 25-30 gramos diarios, por el que potenciar alimentos ricos en este nutriente es esencial dentro de un contexto de alimentación variada y equilibrada. Hay que tener en cuenta, pero, que no toda la fibra es igual.

 

¿Qué tipos de fibra conocemos?
En general la fibra se clasifica en dos grandes grupos: insoluble y soluble.

  • La fibra insoluble se caracteriza por retener poca agua en su interior, y casi  sin variar su volumen. Se encuentra, especialmente, en semillas y en el grano de los cereales integrales.
  • La fibra soluble destaca por todo lo contrario; para captar agua y aumentar su viscosidad y volumen en el tracto digestivo. Se encuentra, principalmente, en frutas y verduras, avena y cebada.

Se recomienda que la ingesta de fibra insoluble y fibra soluble se realice en una proporción de 3:1, es decir, que por cada 3 gramos de fibra insoluble tendríamos que tomar 1 gramo de soluble.

 

Efectos beneficiosos de la fibra para el organismo

El consumo de fibra alimentaria resulta muy beneficioso para nuestro cuerpo y, su acción más conocida es la de participar en la salud del tránsito intestinal, pero sus beneficios van más allá:

  • Por un lado, la fibra insoluble, tiene la capacidad de aumentar el volumen y la velocidad de los movimientos del tubo digestivo. Esta propiedad facilita el tránsito intestinal ejerciendo un efecto laxante y, como consecuencia, puede prevenir el estreñimiento, la diverticulosis y las hemorroides. Finalmente, la fibra insoluble ejerce un efecto protector en relación al cáncer de colon.
  • Por otro lado, la fibra soluble, al aumentar su volumen, provoca distensión abdominal y sensación de saciedad, acción muy interesante en personas que quieren controlar o disminuir su peso. Además, incrementa la viscosidad y retrasa el vaciado gástrico, hecho que ayuda a regular las glucemias después de las comidas y la secreción de insulina, manteniendo los niveles de glucosa sanguíneos constantes, efecto beneficioso en personas diabéticas. También estimula el crecimiento de bacterias beneficiosas de la flora intestinal. Estas bacterias son las encargadas de fermentar la fibra y, como resultado de esta fermentación, el organismo tiene la capacidad de obtener energía. Finalmente, la fibra soluble es capaz de retener sales biliares, colesterol y lípidos en su interior, aumentando la excreción fecal de estos nutrientes y ayudando a controlar los niveles de colesterol en sangre.

En resumen, podríamos decir que la fibra alimentaria está implicada en la salud de las personas:

  • Mejorando la tolerancia a la glucosa y la respuesta de insulina en el cuerpo.
  • Disminuyendo los valores de colesterol sanguíneo.
  • Aumentando la saciedad y contribuyendo al control del peso corporal.
  • Mejorando la salud y funcionalidad del trato gastrointestinal.

En Turris somos conocedores de sus beneficios, por eso elaboramos panes y bollería ricos en fibra como pan integral, de centeno, de cereales, de nueces, de semillas, de espelta o nuestro pan nórdico, entre otros, y cruasanes integrales y con semillas o magdalenas integrales. ¡Una deliciosa manera de comer fibra y otros nutrientes!